martes, mayo 02, 2006

Anoche recordé cuando me contaste que habías perdido a tú bebé y mi llanto no reprimido en ese momento como si me hubiera pasado a mi, y esa imposibilidad de entender por qué tú novia ni siquiera se había inmutado ante semejante pérdida ( posiblemente haya sido su mecanismo de defensa).
Enmudecí mientras escuchaba tú relato sobre lo ocurrido, sobre cómo habías estado, todo lo que habías llorado a modo de sacar afuera semejante dolor y lo responsable que debías ser porque de una forma u otra ya eras papá y tú bebito te estaba mirando desde el cielo.
Me recuerdo llorando desconsoladamente, hecha un bollito a tu lado, vos tan grande y yo tan pequeñita, que fuiste calmándome como si la que se sintiera desgarrada por dentro fuera yo y así te quedaste hasta que me fuí quedando dormida. Cuando me deperté vos estabas mirándome a los ojos; te pedí perdón por no haber podido consolarte y vos muy tranquilamente me pediste: Caro, no quiero que llores mas por él, no sólo porque a vos te hace mal sino por que a mi bebito no le gusta dar lástima. Y en ese estado volví a quedarme dormida nuevamente.
Después lo relacioné con la imposibilidad de tener hijos y no logré entender qué podría ser más doloroso, si enterarte que la vida que estabas engendrando dentro de tu vientre dejó de existir, o que nunca serás capáz de poder engendrarla por cuestiones inherentes a tu propio cuerpo o al de tu pareja?. Y llegué a la conclusión de que ambas situaciones son dolorosas, sólo que se tratan de diferentes dolores y que también siempre dependen de las personas en cuestión.
Será por todo ello que quiero los análisis de fertilidad? Tengo miedo, mucho miedo.


Gracias AMIGO por haberme contado y compartido conmigo parte de tu intimidad.
Y gracias por seguir viviendo con semejante recuerdo doloroso, pero sobre todo GRACIAS POR SEGUIR SONRIENDO SIEMPRE!.

No hay comentarios.: