Cuánto tiempo me durará la abstinencia de la sobremedicación?
Cuánto tiempo podré hacer buena letra, comportarme como debo, ser una buena alumna que cumple al pié de la letra con todas las indicasiones prescriptas?
Cuánto tiempo me llevará hartarme una vez más de mí y de todo lo que tiene que ver conmigo?
Lo único que me mantiene con las últimas pocas fuerzas para seguir es mí íntima convicción de que éste es mi último esfuerzo, es lo último que hago por mí. Mala suerte si no funciona, seguramente encontraré otra opción mucho más viable para terminar definitivamente con este dolor que tengo y encontrar finalmente la tranquilidad tan ansiada.
Porque no hay nada más sereno que un cadáver: el rigor mortis proporciona una tranquilidad definitiva.
Me lo prometo y te lo prometo que ésto es lo último que hago.